Como toda obra importante, este monumento tiene una larga y compleja historia, porque desde el día 24 de Mayo
de 1879, la ciudadanía acuerda costear un buque de guerra con el nombre de Esmeralda, como a su vez levantar un monumento
en el Primer Puerto del País que honre a los Héroes, idea que de inmediato acogió e hizo suya el Comandante General de Marina
don Eulogio Altamirano, nombrando una comisión el día 25 de Mayo para que asumiera tan noble propósito.
Una suma considerable se reunió a través de todo el país, más el aporte gubernamental de una significativa
cuota y cuatro cañones de bronce que se destinarían a la erección de las figuras y relieves.
Estudiaba por esa época en Francia, el escultor chileno Virginio Arias discípulo de Nicanor Plaza quien debió
asesorar a la Legación de Chile en Francia, para la elaboración de presupuestos y proyectos, donde a su vez él encargó de
la confección de las figuras del Sargento Juan de Dios Aldea Fonseca y del Guardiamarina Ernesto Riquelme, que junto a las
figuras del Marinero Desconocido y del Teniente Ignacio Serrano, contrastan enormemente con la hierática figura que representa
al Capitán Arturo Prat, héroe máximo de la contienda, quien corona la cúspide del monumento.
Sin embargo, no lo favorece con su representación, figura confeccionada por el escultor Dennis Pierre Puech,
siendo desechada la expresiva figura propuesta por el escultor Augusto Rodín, imagen representativa que no fue comprendida
por la formación estética y cultural de la época. Sin embargo, con el correr del tiempo, el Gobierno de Chile decidió repatriar
la escultura diseñada por Rodín que yacía olvidada en un lugar de París, perdida entre maravillas donde Prat era para los
franceses como un punto en el firmamento; hoy se le puede apreciar y valorar frente al Palacio Carrasco, en la Viñamarina
Avenida Libertad.
Con motivo del Centenario de la gesta de Iquique , con fondos del Estado proporcionados por todos los chilenos
fue restaurado, es decir pulidas sus piedras y bruñidos sus bronces, luciendo como el día de su inauguración, pero con un
entorno urbano renovado y una veneración honrosa.
Valparaíso es la cuna de los Marinos de Chile, por eso aquí están sus símbolos y recuerdos... sólo falta
que la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos devuelva el cuadro que pintan Cosme San Martín nacido en Valparaíso en 1850
"La apoteosis de Prat", que un día los porteños creciéramos admirándolo en el Museo Lord Cochrane y que con pretexto del Terremoto
de 1985 se apropiaron indebidamente de él.